Saturday, January 31, 2009

PRESENCIA/La tinta está sangrando


Platicas solo, si no te gusta lo que estamos diciendo simplemente nos ignoras y comienzas a crear tu propia novela de televisión donde tú eres el protagonista. Te pierdes por las calles como si no tuvieras responsabilidades.

PRESENCIA

La tinta está sangrando
Un cuento
por
David Alberto Muñoz

Ella me dijo que la tinta sangraba. Al principio no entendí. Por el contrario, asumí mis conclusiones torpes una vez que el embrujo de su rostro me golpeó la mejilla bruscamente haciéndome despertar.
—¿Estás bien?
No recordaba absolutamente nada. O tal vez no quería. La vida se me antojaba ser un idilio de media semana donde ya no importaba con quien estabas. Más bien era el pretender romper con los juicos moralistas de una sociedad enfermiza. Sí, enferma igual que yo.
—¿Qué pasó?—pregunté todavía aturdido.
El cuarto estaba pintado de un color verdoso. En el techo un abanico soplaba viento caliente, y se podía sentir el polvo que caía sobre el cuerpo de una joven mujer, con bastante maquillaje que deseaba ser vista.
—Tuviste otro receso.
Nunca he entendido esa palabra. Receso…parece como si de pronto quisieran dejarme salir al recreo sin ser todavía el tiempo.
—¿Estás bien Alejandro?
—No.
Imágenes volaban sobre mi mente sin querer aterrizar. Recuerdos mal vividos, calenturas nunca realizadas, pretensiones imaginadas, desprecios admitidos, fantasías nunca demolidas, albures impronunciables, palabras nunca omitidas, borracheras vomitadas, caricias no acordadas.
¡No entendía porque la tinta sangraba!
—Dice el doctor que vas a tener que quedarte dos días más.
¡Están locos! Yo no estoy enfermo, al contrario, los enfermos son ellos con sus juicios, sus fariseísmos, sus pendejadas. Yo no estoy enfermo. Tengo problemas como todos, pero yo no estoy mal. Son una bola de hipócritas que no se atreven a verse ellos mismo tal y como son.
—Mira Alejandro, estuviste actuando muy raro toda la semana. No es cosa nueva. Más de dos veces te perdiste sin decir adónde ibas. Te encontramos tirado en la calle como un pordiosero. ¡Hasta me pegaste cuando quise levantarte! Ya no podemos más Alejandro, he llegado a pensar que verdaderamente estás loco.
—Ustedes no entienden que la tinta está sangrando. Cuando fui a escribir tomé la pluma y la sumergí en el tintero, y fue entonces cuando me di que cuenta que la tinta estaba sangrando. ¿Por qué no quieren creerme? Ya sé que dicen que he tenido muchos problemas mentales, que mi padre estaba loco, que no soy responsable de mis actos, pero ¿por qué no me creen que la tinta está sangrando?
Un silencio asqueroso hizo acto de presencia. Las miradas de todos estaban sobre mí. Eran más de cuatro personas. Una mujer que bien pudo haber sido mi madre, un varón que tenía cara de doctor, un muchachito que todavía olía a orines, y aquel rostro hipnotizador que me había seducido.
—¿Quién eres?—le pregunté.
—Alejandro…si vas a reaccionar como niño chiquito yo ya no puedo.
—¿Poder qué?
—Vives en otro mundo, nunca sabemos que estás pensando. Platicas solo, si no te gusta lo que estamos diciendo simplemente nos ignoras y comienzas a crear tu propia novela de televisión donde tú eres el protagonista. Te pierdes por las calles como si no tuvieras responsabilidades. Nada más andas de mano larga agarrando a media vieja que se te pone enfrente, frente a tus propios hijos, y por si fuera poco…por si fuera poco…
—¿Qué?
—Por si fuera poco todo lo escribes con esta tinta mugrosa que embarra absolutamente todo. ¡Andas repartiendo por la calle tu privacidad, tus sentimientos, tu vida Alejandro! ¡Ya no te aguanto!
—¿Quién eres? Cuando miré tu rostro la primera vez me hipnotizaste. ¿Sabes? Todo este tiempo he tratado de saber quién eres. Y creo que nunca lo sabré.
—¿Señora Duarte?—era una voz grave, seria, llena de un loco raciocinio—Va usted a tener que firmar para poder llevarnos al señor.
—¿Es permanente?
—Eso depende de usted. Obviamente el problema está en la mente del señor Duarte. Se rehúsa a aceptar ciertas verdades sociales que todos conocemos. Es rebelde, imprudente, en ocasiones mal hablado, y en términos generales parece no querer reconocer las reglas de la sociedad.
—¿Está loco?
—No lo sé señora…no lo sé…en ocasiones lo qué él hace lo quisiéramos hacer todos pero su comportamiento va más allá de la lucidez.
Tomó el papel, sumergió la pluma en la tinta, y firmo con la sangre que estaba derramada sobre su falda.
—La tinta está sangrando Isabel…me entiendes…la tinta está sangrando.

© 2009 Fotos y texto
David Alberto Muñoz, Ph.D.
Faculty Philosophy & Religious Studies Chandler-Gilbert Community
College
2626 East Pecos Road
Chandler, Arizona 85225-2499
(480) 732-7173
david.munoz@cgcmail.maricopa.edu

Tuesday, January 20, 2009

PRESENCIA/Our world

It is the new social arena of human kind. The world has become smaller and we are all addicted to it.

PRESENCIA

Our world

by

David Alberto Muñoz

Remember when we used to write letters by hand. At school they used to give us exercises to make our handwriting better. I remember I hated to do that type of homework, pages and pages of circles, trees and who knows what else! Now it sounds crazy but it is true. It wasn’t that long ago, and yet it seems like an eternity. I still remember when television was only black and white, and you actually had to get up to change the channel, and there were only two stations that began to transmit around four o’clock in the afternoon. Or when in order to call someone long distance on the phone I needed the help of a telephone operator. Back then I knew the actual numbers, now we used the phone to text message one another. Have you ever thought about it? It is crazy!

Today everything is so different. We seemed to be hook on technology and perhaps we are even forgetting how to write properly. There is a new language in the atmosphere. OMG! LOL! Signals we send through a computer that are not only for entertainment but also for work. How can we forget about the god of the new millennium: the Internet! Almost everybody is connected. Facebook, Hi5, Classmates, MySpace etc. All of the sudden I discover that not only my friends but my co-workers and supervisor are also there. Privacy seems to be a thing of the past. Everything we type in the computer might be view by the entire world even though there are programs that protect us from the virus of contemporary life.

It is the new social arena of human kind. The world has become smaller and we are all addicted to it. Digital TV, plasma screens, adapters, the ability of having a meeting in Singapore from your office or home computer, a Blackberry, now we can walk, run and drive with our e-mail, the premise of the modern world is “be connected.”

We love to show our private lives by placing pictures of our family, our careers, our parties, for anyone to see. This is a generation of images. The written word is reserved for those who went to school and studied literature hoping to win someday the Nobel price. Everything is connected to technology. Education, politics, sex, sentimentality, anger, passion, hunger, you name it. Even the new president has a page in Facebook. By the way he hasn’t answered my request to be friends.

I wonder what the future holds, internet available at the bottom of the ocean, being able to see e-mail after your own death, or perhaps they will place a chip in our brain at the moment of birth to allow us to surf the web at the precise instant of thought.

Yes, I remember things used to be simpler. We used to date people we meet through friends and acquaintances, now you meet someone on the web who might live across the ocean, you develop a relationship and you can even get married based on information you read on a screen that by the way can also be a digital screen for better quality of images.

Everything is fast. It is expected that we must keep up. It is an addiction. We want to be all over the place at the same time. Work, read and answers e-mails, have fun, find friends, flirt with someone you like, be married, raise children, know how to use the latest technology, know how to react, what to do, be patience, efficient and proper, cut and paste, load images in the computer, send them to CNN or MSNBC, take pictures with your cellular of everything because you don’t know, maybe you’ll be the only one with such an image. Oh! And please, do it all at the same time. It is exhausting!

That is the modern life, cables, connections, networking, connectivity, high speed internet, videos, page layout, references, LimeWire, fonts and sizes, backgrounds, symbols, Blogs, and knowing the latest news before it happens.

It is a crazy world but it is our world.

© 2009 Fotos y texto

David Alberto Muñoz, Ph.D.
Faculty Philosophy & Religious Studies
Chandler-Gilbert Community College
2626 East Pecos Road
Chandler, Arizona 85225-2499
(480) 732-7173
david.munoz@cgcmail.maricopa.edu